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Alabao.

En esencia es un canto coral de alabanza o exaltación religiosa ofrendado a los santos. Con el transcurrir del tiempo su uso se hizo extensivo al contexto fúnebre, convirtiéndolo, además, en un canto de velorio para adultos. Por lo general se interpreta sin instrumentos, aunque en algunas ocasiones puede tener acompañamiento rítmico de percusión. Dentro de sus características se destacan el acento salmodiano (propio de las exaltaciones cristianas) y la escala musical, que evoca al canto llano.

 

En algunos casos las temáticas de los versos se apartan del contexto religioso y resaltan aspectos profanos. En los alabaos de tipo fúnebre se combinan de forma indistinta pasajes que hacen referencia a la vida del difunto y exhortaciones místicas. Veamos unas estrofas:

 

Levanten la tumba,
levántenla ya,
que el alma se ausenta
pa´ nunca jamás.
Adorar el cuerpo,
dorar la cruz,
dorar el cuerpo
de mi buen Jesús,
de mi buen Jesús.

 

En toda la costa Pacífica colombiana este tipo de expresiones musicales son numerosas. Modelos como el denominado "Tío guachupecito" son característicos de todo el litoral; en él se nombran todos los santos del cielo católico, alternando los versos con el nombre de un pez negro y largo que es el que da nombre a la tonada.

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